Lo urgente y lo importante

Despedida-volar hacia el horizonte

Ayer, mi hija mayor vivió una dolorosa experiencia que le ha enseñado la gran diferencia que existe en la vida  entre lo “urgente” y lo “importante”.

Espero que compartirla aquí pueda ayudar a alguien a comprender esa diferencia, en principio sutil, pero que puede ser tan importante en muchas ocasiones.

Lo que provocó esta dura enseñanza fue la muerte de un buen amigo de la familia, Lluis, un hombre que había rebasado escasamente los setenta años y que sufría desde hacía meses de un tumor en un pulmón, agravado sobre todo por antiguos problemas de corazón.

Aún así, su muerte fue repentina para nosotros.

Había superado episodios muy críticos y querían realizarle pruebas para intentar hacerle quimioterapia, ya que el tumor estaba bastante localizado y no se había extendido por otros órganos.

Durante la semana, aunque se sentía muy cansado por la larga estancia en el hospital y por su insuficiencia cardíaca,  había estado animado y eso nos hacía pensar que podía haber una buena evolución. Por eso, cuando por la mañana nos avisaron que su estado había empeorado y que no habían esperanzas, más allá de unas pocas horas, la noticia nos dejó amargamente sorprendidos.

Simplemente se había rendido, estaba agotado y ya no quería seguir viviendo. Como se dice vulgarmente: había tirado la toalla.

Lo único que pudimos hacer por él fue acompañarlo en sus últimos momentos en este mundo, antes de dejarnos, para descansar por fin.

Lluis y yo habíamos tenido una relación muy estrecha durante más de diez años y él siempre había querido mucho a mis dos hijos, hasta el punto de  considerarlos casi como nietos suyos.

Tanto mi hija, de 20 años, como su hermano, de 17, viven con su madre pero mantengo un contacto estrecho con ellos y les tenía informados del estado de Lluis.

Mi hijo, estudiante en una escuela profesional, fue varias veces a visitarlo durante su estancia en el hospital.

Mi hija, con una vida mucho más ajetreada debido a sus estudios universitarios, un trabajo de seis días a la semana y otras responsabilidades que no le dejan practicamente ningún tiempo libre, no fue, esperando a tener el momento adecuado entre tantas obligaciones.

Por la noche, cuando le comuniqué el triste desenlace, mi hija rompió a llorar y no había nada que la hiciera parar. Estaba totalmente desconsolada y con un gran sentimiento de culpabilidad por la lección que le acababa de enseñar la vida, o la muerte, mejor dicho.

Todo lo urgente en la vida de mi hija no le había permitido ver algo realmente importante, como era el pasar unos minutos con una persona a la que  había estado unida y que ya no podría ver nunca más.

Desgraciadamente, estoy seguro que ésta ha sido la lección más dolorosamente aprendida para ella en su relativamente corta vida.

¿Cuántas cosas verdaderamente importantes se nos pasan por alto ante lo que es, simplemente, urgente para nosotros?

¿Realmente no podemos hacer las cosas de otra manera?

¿No podemos organizarnos mejor para tener el tiempo necesario para cada cosa y, sobre todo, para no dejar de lado lo que es realmente importante para nosotros y para aquellos que queremos?

Este episodio me ha hecho recordar todo lo importante que he dejado sin atender en mi vida y para lo que, tristemente, ya no hay una segunda oportunidad.

Pero el presente está aquí y el futuro por llegar, con todos sus momentos para hacer las cosas mejor, para aprender de los errores y donde demostrar que somos capaces de rectificar aquello que no nos ha funcionado en el pasado.

Eso es lo verdaderamente importante ahora…

En mi cumple-recortada

-Dedicado a mi buen amigo Lluis y a mis dos maravillosos hijos-

 

 

 

Acerca de Chema Montorio

Facilito el Autoconocimiento personal para impulsar los cambios, personales y profesionales. Mi pasión es contribuir a que afloren los verdaderos potenciales de las personas y transformar la oscuridad en la que viven en luz, con la que ayuden a brillar a más personas.
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9 respuestas a Lo urgente y lo importante

  1. Malena dijo:

    Muy triste y ahora la vez una enseñanza como decís. Chema siento que haya sido de esta manera. Tu vivencia y la de Laura nos hace tomar conciencia porque aunque creemos que hemos aprendido, muchas veces caemos en la misma rutina. Gracias y siento vuestra pérdida

  2. iñaki dijo:

    La urgencia es el peaje del camino; el tributo de la moderna autopista por la que pensamos llegar antes a lo importante.
    Pero lo importante suele estar agazapado en las orillas, del camino de la vida; y las prisas sólo hacen que se quede atrás sin vislumbrarlo.
    Por suerte, para tus hijos y espero que para los míos (también tengo dos); nuestra experiencia les ayude a mirar un poco distinto el recorrido.
    Un saludo Chema.

    • Muchas gracias, Iñaki, por tu comentario con esa pincelada de poesía tan acertada.
      Yo también espero que nuestras vivencias, por duras que hayan sido, les sirvan a ellos de aprendizaje, así habrán valido la pena haberlas vivido.
      Un fuerte abrazo.

  3. A la fuerza «ahorcan» y algunas enseñanzas nos entran de la manera más dura.
    Qué bonito homenaje a tu amigo y a tus hijos.

  4. elimpulsodelasemociones dijo:

    Muy triste, me he emocionado porque ese error creo que casi todos lo hemos cometido en la vida. Un abrazo enorme a tu hija.

    • ¡Muchas gracias por tu comentario y tu apoyo!
      Todos somos humanos y aprendemos a base de equivocarnos, está claro, pero también se puede aprender de los errores de otros, aunque no debemos pretender solucionarle la vida a nadie. Fue muy duro para mi hija, y para mí verla sufrir, espero que eso sirva para alguien…
      Un fuerte abrazo.

  5. Marigely Espínola Zetina. dijo:

    Gracias me ha encantado, abrazo cariñoso.m

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