¿Puede sernos útil el sufrimiento? (II)

Desplazados guerra Kosovo

Hoy quiero aportar otra “utilidad” que puede tener el sufrimiento para las personas pero, para ello, necesito crear un contexto.

¿Qué hay de todos los que sufren situaciones totalmente injustas a manos de otros seres humanos, simplemente por cuestiones políticas, religiosas o de pura ambición?

¿Tiene todo ese sufrimiento algún sentido?

Evidentemente no tiene ninguna justificación posible, desde el punto de vista ético o humano pero, aún así, ocurren.

Y, cuando eso pasa, cuando se producen situaciones de ese tipo -también con las que no son tan dramáticas- hay algo que puede salvar a las personas del desánimo y ayudarlas a que las soporten mejor: encontrar un sentido en medio de todo ese dolor y desconcierto, una motivación que les lleve a querer superar de tal manera ese duro trance que nada ni nadie consiga doblegarlos.

Podemos pensar en lo que dijo Nietzsche:

“Lo que no nos mata, nos fortalece.”

Esta frase es la que muchas personas, en situaciones extremas, han adoptado como un credo y se puede aplicar también en nuestra vida cotidiana, sin necesidad de hablar de situaciones enormemente traumáticas.

Todo aquello que supone un reto para nosotros, o un “problema” si lo vemos como algo negativo, realmente son oportunidades para darnos cuenta de lo mucho que valemos en la vida y de todos los recursos personales con los que contamos; recursos que, muchas veces, están ocultos hasta para nosotros mismos.

ComodidadesEl hecho de tener una vida “relativamente fácil”, si la comparamos con las duras condiciones en que vivían la mayoría de nuestros antepasados, o en las que viven hoy en día muchísimas personas, es la causa de que no tengamos que ejercitar muchas de nuestras habilidades, simplemente porque no son necesarias ya que en nuestro entorno se nos dan muchas cosas resueltas, normalmente a cambio de dinero.

Esa es una de las causas de que sepamos tan poco sobre nuestros verdaderos potenciales y recursos personales, de que nos conozcamos a un nivel muy superficial.

Ya hablé anteriormente en este blog de un hecho que, por lo valioso que es, merece Viktor Franklser recordado. Me refiero a la dramática experiencia del psiquiatra austríaco Viktor Frankl, que fue prisionero en dos campos de exterminio nazis durante la II Guerra Mundial, por el hecho de ser judío.

Este hombre perdió a toda su familia en aquellos terribles campos de concentración pero consiguió sobrevivir hasta el final de la guerra, explicando después cómo lo había conseguido: ni más ni menos que utilizando esa terrible experiencia para desarrollar una nueva corriente de la psiquiatría con la que, también hoy en día, se consigue sanar a muchos pacientes: la logoterapia, un método terapéutico basado en encontrar un sentido en la vida de las personas que sufren graves trastornos emocionales y que pueden derivar, incluso, en enfermedades mentales.

Él tuvo la suerte de hallar ese sentido en su vida para luchar por sobrevivir y no dejarse morir, como desgraciadamente les pasó a muchos de sus compañeros de cautiverio.

Frankl descubrió, con la observación de lo que ocurría en aquellas “fábricas del horror”, que la supervivencia de los prisioneros no dependía de su forma física o del trato que recibieran (salvo en los casos de agresión física o asesinato) sino que la diferencia radicaba en si existía o no alguna motivación en su interior para continuar con vida. En muchos casos, el único motivo que les ayudaba a sobrevivir era la esperanza de volver a ver a sus familiares algún día, en otros se trataba, por ejemplo, de poder acabar algún tipo de obra o trabajo (sobre todo intelectual o científico) que estuvieran realizando antes de su detención.

DesesperanzaLa teoría de V. Frankl se veía confirmada cuando, con el paso del tiempo, comprobaba que muchos de los prisioneros que se enteraban de la muerte de sus familiares, simplemente, se dejaban languidecer hasta morir, sin que hubieran sufrido ningún cambio en el trato recibido por sus carceleros. La única diferencia significativa que Frankl pudo constatar en ellos era que habían dejado de luchar por la vida, al perder la única motivación que les daba fuerzas para ello.

He querido recordar la historia de este brillante terapeuta porque nos da la clave de lo que quiero comentar en el artículo, cuál es la segunda «utilidad» del sufrimiento:

Afrontar el sufrimiento también nos ayuda a conocernos mejor a  nosotros mismos, nuestros potenciales y recursos personales, dejando brillar lo poderosos que somos como seres humanos.

“Si quieres, puedes.”

Es así de cierto, de sencillo… y de contundente.

Así como lo contrario también es igualmente verdadero:

“si realmente no estás dispuesto a esforzarte para conseguirlo, no lo vas a poder lograr”, sea lo que sea…

Por eso es importante encontrar un sentido a lo que hacemos y a lo que vivimos, aunque sean circunstancias que nos reporten un sufrimiento, ¡porque en esos momentos es cuando más podemos aprender de nosotros mismos y aprovecharlo para mejorar!

mandela-10Otro ejemplo de personas que sufrieron mucho y lograron cambios muy positivos en sus vidas, con un gran impacto para millones de personas, es el de Nelson Mandela, que salió de la cárcel -tras una condena de 27 años y otros anteriores de persecución policial- para convertirse poco después en presidente de su país, Sudáfrica, en el que consiguió la abolición del apartheid, de forma pacífica y sin venganzas por parte de la población negra que había sido oprimida y marginada por los blancos durante décadas.

Mandela, que había sido un joven muy impulsivo y reaccionario en diferentes aspectos, aprovechó sus años de penosa e injusta reclusión para sacar a la luz lo mejor de sí mismo: cualidades como la templanza, la capacidad de perdonar sinceramente (con el corazón, no solo con la razón) a los que le habían encarcelado y la de practicar el diálogo positivo para conseguir lo que parecía impensable hasta entonces: acabar con un injusto régimen segregacionista de más de 80 años de duración ¡sin derramar una sola gota de sangre!

Este es solo un ejemplo pero hay muchos más a lo largo de la Historia,  también de personas anónimas que consiguieron grandes logros a niveles menos mediáticos, por eso, no debemos escuchar a nuestros “saboteadores mentales” cuando nos intenten confundir diciéndonos que todas esas personas eran superdotadas, o que tuvieron mucha suerte o que habrían sido “iluminadas” milagrosamente.

Para acabar, quiero dejar claro que el sufrimiento no es algo que debamos buscar en sí mismo (eso podría ocasionarnos consecuencias y trastornos muy desagradables), ni siquiera con la finalidad de conocer mejor nuestras capacidades, sino que debemos aceptarlo cuando aparece y buscar todo lo positivo que nos pueda aportar, lo que nos situará en el estado emocional adecuado para soportar mejor lo negativo que haya en él porque, como dijo alguien:

“la vida es una dura escalada,

pero las vistas valen mucho la pena”

¿No lo crees así?

Cumbre montaña

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Acerca de Chema Montorio

Facilito el Autoconocimiento personal para impulsar los cambios, personales y profesionales. Mi pasión es contribuir a que afloren los verdaderos potenciales de las personas y transformar la oscuridad en la que viven en luz, con la que ayuden a brillar a más personas.
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